En “El Pueblo Gris” estoy en mi casa, con mi café, mi chardonnay, desde mi estudio, rodeado por mis libros y juguetes, pensando que este Pueblo Gris es árido y simple, sin matices, con sólo tres lumbreras que se mostraron ante el mundo con grandes carteles de neón: estos fueron Ducasse, Quiroga y Zitarrosa, el resto ni siquiera me vienen a la mente y por eso no me interesan.